La Conciliación

Posted in: Crecimiento Espiritual on June 8, 2012

Muchos preguntan sobre dónde empezar su camino de regreso a casa. Quieren saber cómo entrar al paraíso. Primero acepta que son pocos los que tienen el valor, la humildad y la devoción para entrar. Aproximadamente son el 4% de los humanos que entran al paraíso. Segundo acepta que y reconoce que Dios tiene las puertas abiertas del paraíso para todos. Y finalmente, entrar al paraíso es una decisión confirmada por años de devoción a la verdad y el amor de Dios.

conciliacionEmpiezas por conciliarte auténticamente y profundamente con todos los seres en tu vida. Es una conciliación mucho más profunda y compleja de lo que el ser humano alcanza a comprender. Se nos dificulta apreciar lo complejo de la conciliación y el perdón al carecer de la perspectiva de pensamientos y actos tomados en múltiples vidas. Las ofensas por las cuales pedimos perdón, seguido ocurrieron hace varias vidas y fueron mucho más severas de lo que nos podamos imaginar.

Contempla que solo en los últimos 100 años han muerto más de 200 millones de seres humanos entre guerras, asesinatos, y otras atrocidades que han afecta profundamente el karma individual y colectivo. Adicionalmente, considera que tenemos múltiples vidas con varios de los mismos seres con los que compartimos esta vida.

Si contemplas los retos matrimoniales te darás cuenta que los problemas y lo difícil de la relación es mucho más severo de lo que paso. En otras palabras, hay un dolor profundo en tu pareja y tú, en esta vida, casi no has hecho nada. La verdad es que en vidas previas puedes haber torturado, violado y hasta matar a tu pareja, hijo, madre y colaborador.

Muchos seres humanos creen que nacieron hace 20, 30 o 50 años. La realidad es que como existencia y espíritu has existido y existirás para siempre.

En esta vida somos invitados a sanar, perdonar y suplicar ser perdonados por esos seres que tan profundamente hemos lastimado y abusado.

Te suplico tomar el diario de hoy muy en serio. Este paso es esencial para la purificación y sanación de tu alma. Este paso es mucho más importante de lo que te puedo comunicar con palabras.

Contempla que Jesucristo nos enseñó el amor y el perdón como fundamentales en su misión para salvarnos. Considera que San Francisco dijo, “Es al perdonar que somos perdonados”. Y en el Padre Nuestro oramos, “Perdona nuestras ofensas como nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.

Son muchísimas las ofensas que hemos cometido tú y Yo en esas múltiples vidas. Son muchas y tremendas esas ofensas. Es esencial tener la humildad de pedir, rogar y suplicar el perdón a los que hemos ofendido.

Llegue a creer que el perdón se le pedía a nuestro padre Dios, a Jesucristo y/o a Santa María. La realidad es que ellos jamás nos han juzgado. Somos juzgados por nuestros hermanos y hermanas espirituales que hemos herido. Es a ellos a quien hay que suplicar y rogar su perdón.

Los lazos de interdependencia entre los seres humanos son muchos, muy profundos y difíciles de disolver. Considera que sin el perdón de tus seres cercanos la entrada al paraíso es imposible. Pon atención, el perdón de tus seres cercanos es esencial y absolutamente necesario para entrar al paraíso.

El destino de tu alma es el tema más importante de toda tu existencia. La única manera de dejar de sufrir es al entrar al paraíso. Entraras al paraíso solo con el perdón de los que has ofendido. En múltiples vidas se te presentan oportunidades de amar y perdonar. Este perdón y amor trasciende las palabras. El amor y el perdón debe ser autentico, profundo, por convicción, humildad y se debe suplicar y manifestar con hechos.

La oración es sumamente poderosa y eficaz en el camino espiritual. Y aun con ese poder, es necesario expresar y pedir ese perdón con palabras y hechos.

Empieza hoy. En tu tiempo de silencio y paz contempla a alguien cercano a ti, acepta tu transgresión con humildad y pide perdón. No es suficiente que esa persona te diga que te perdona. Esa persona necesita estar lista para perdonar y en su corazón necesita liberar, por completo, esa ofensa.

Ora mucho y seguido el Padre Nuestro. Se amable, cortes, cariñosa, respetuosa y amorosa con todos. Amar a alguien se expresa con una mirada, tolerancia, aceptación y respeto.

Aparte de suplicar perdón, empieza hoy a dejar de ofender. Cada ofensa la reconocerás y tendrás que liberar en el futuro. Deja de usar palabras irrespetuosas, deja de lastimar, ofender, juzgar y denigrar. Empieza a apreciar y a ver la vida en su totalidad como lo que Es, Divina.

Toda la existencia emana de Dios. Toda la existencia es sagrada.

La verdad te hará libre. La verdad es amor. El amor te libera de todo sufrimiento, temor, duda y deseo.

Gloria in Excelsis Deo! Gloria a Dios en las Alturas!

Pedro Zaragoza